Seelenvolle Kunst – Arte con alma
Der mexikanische Künstler Pepe Villegas gestaltet für die Ausstellung «Der Weg ins Jenseits» einen Totenaltar. Er liess sich dabei über die Schulter schauen.

Pepe Villegas hat einen speziellen Kolibri geschaffen – mit Blick aufs Museum
Noch drei Wochen bis zur Eröffnung. Im obersten Stock des Museums entsteht die Ausstellung «Der Weg ins Jenseits». An diesem Morgen sind Mal- und Dekorationsarbeiten angesagt.
Auch auf den zwei Tischen in der linken hinteren Ecke des Dachraums stehen und liegen Maluntensilien zwischen bunten Scherenschnitten: Farbdosen, Pinsel und Tücher. Eine Farbpalette deutet an, hier muss ein Künstler am Werk sein.

Die Arbeitstische geben einen guten Einblick, in was alles gemacht und gebraucht worden ist
Das ist so. Pepe Villegas aus Mexiko gestaltet – mit tatkräftiger Hilfe seiner Schwester Gloria Villegas de Meister und seiner Tochter Yenni Villegas Chávez – in diesem Teil der Ausstellung einen Totenaltar. «Es ist eine grosse Ehre und Freude für mich, dass ich eingeladen worden bin, für ein so bekanntes und vielfältiges Museum ein Werk herzustellen», sagt der Künstler.
Seine Wurzeln zeigen
Er findet es wunderbar, seine mexikanischen Wurzeln einem Publikum zeigen zu können, das extra ins Haus kommt, um andere Kulturen zu erleben. Der Totenaltar steht in der Ausstellung stellvertretend für den Brauch des Día de Muertos, des in Mexiko gefeierten Totenfests rund um den 1. und 2. November.
Villegas schätzt es sehr, dass ihm freie Hand gelassen wird. «Ich kann auf diese Weise meine Sichtweise als Künstler und meine eigene Interpretation des Todestages umsetzen.» Die Grundidee war, etwas Dreidimensionales zu schaffen. Inspiriert hat ihn ein Wandbild, das er für das Kulturzentrum seiner Heimatstadt über den Weg der Seelen geschaffen hat.

Mit ganzer Seele dabei
Deshalb bevölkern viele weisse Seelen in verschiedenen Grössen jede Stufe des pyramidenförmigen Altars. Zuunterst seien die Seelen menschenähnlich, beschreibt Villegas sein Werk. Mit jedem Schritt in die Höhe werden sie mehr und mehr zu Kreuzen und fliegen schliesslich als weisse Tauben davon.
Die Seelen sind an durchsichtigen Fäden an der Raumdecke befestigt. Sie sind deshalb immer leicht in Bewegung und schweben buchstäblich in den Himmel.
Der Weg der Seelen
«Der Altar repräsentiert den Weg der Seelen, die Reinigung der Seelen bis sie in den Himmel fliegen», erklärt Villegas. Jede Stufe des Altars symbolisiere einen nächsten Schritt der Reinigung.
Die Seelen passieren auf jeder Stufe schwarze Totenköpfe. Sie wie auch die Form des Altars, die Pyramide, gehen auf vor-spanische Kulturen zurück, auf die Maya und Azteken, die Vorfahren von Villegas.

Das Motiv der Totenköpfe geht auf die Azteken und Maya zurück
Gleiches gilt für den grossen Kolibri, der über dem Altar «flattert». Er gilt als Botschafter, verbindet die hiesige mit der anderen Welt. Villegas hat ihm bewusst zwei Köpfe gemacht, damit der Vogel auf beide Seiten schaut, ins Diesseits und ins Jenseits.
Teil meiner Identität
In seiner Arbeit reflektiert der Künstler wunderbar das Thema der Ausstellung, den Weg, die Reise, die Bewegung. Besucher*innen dürften wahrscheinlich dann auch einen Hund entdecken auf dem Altar. Wie aus anderen Kulturen bekannt, bewacht er die Unterwelt.

Die Scherenschnitte hat Pepe Villegas bei einheimischen Kunsthandwerker*innen seiner Heimat bestellt
Villegas rückt nicht nur die Geschichte in den Vordergrund, sondern auch die kulturelle Gegenwart Mexikos. Die bunten Scherenschnitte über dem Altar und die aufwendig gearbeiteten Bienenwachskerzen auf dem Altar – «Licht» ist sehr wichtig – stammen von lokalen Kunsthandwerker*innen. Sie wurden von Villegas beauftragt, diese Spezialitäten zu schaffen. «Alles ist damit Teil meiner Identität», sagt der Künstler aus Tecamachalco.
Arte con alma
El artista mexicano Pepe Villegas diseña un altar de muertos para la exposición «El camino al más allá». Nos ha permitido echar un vistazo a su trabajo.
Quedan tres semanas para la inauguración. En la última planta del museo se está montando la exposición «El camino al más allá». Esta mañana hay que pintar y decorar.
En las dos mesas de la esquina izquierda del ático hay utensilios de pintura entre el papel picado colorido: botes de pintura, pinceles y trapos. Una paleta de colores indica que aquí debe estar trabajando un artista.

Una cuestión familiar: Yenni, Pepe y Gloria Villegas (de izquierda a derecha)
Así es. Pepe Villegas, de México, está creando un altar para los muertos en esta parte de la exposición con la ayuda de su hermana Gloria Villegas de Meister y su hija Yenni Villegas Chávez. «Es un gran honor y una gran alegría para mí haber sido invitado a crear una obra para un museo tan famoso y diverso», afirma el artista. Le parece maravilloso poder mostrar sus raíces mexicanas a un público que acude expresamente al museo para conocer otras culturas.
Se inspiró en un mural
El altar de los muertos representa en la exposición la costumbre del Día de Muertos, la fiesta de los muertos que se celebra en México alrededor del 1 y 2 de noviembre.
Villegas valora mucho que le hayan dado carta blanca. «De esta manera puedo plasmar mi visión como artista y hacer mi propia interpretación del día de muertos». La idea básica era crear algo tridimensional. Se inspiró en un mural que el mismo realizó en la Casa de Cultura de su ciudad natal donde plasma el camino de las almas.

El colibrí ha encontrado su lugar
Por eso, muchas almas blancas en diferentes formas y dimensiones pueblan cada escalón del altar piramidal. En la parte inferior, las almas son similares a los seres humanos, describe Pepe Villegas su obra. Con cada paso hacia arriba, se convierten cada vez más en cruces y finalmente se alejan volando como palomas blancas.
Las almas están sujetas al techo de la sala con hilos transparentes. Por eso siempre están en ligero movimiento y flotan literalmente en el cielo.
El camino de las almas
«El altar representa el camino de las almas, la purificación de las almas hasta que vuelan al cielo», explica Villegas. Cada escalón del altar simboliza un paso más en la purificación.
Las almas pasan por calaveras negras en cada escalón. Estas, al igual que la forma del altar, la pirámide, se remontan a las culturas prehispánicas, a los mayas y aztecas, los antepasados de Villegas.
Lo mismo ocurre con el gran colibrí que «aletea» sobre el altar. Se considera un mensajero que conecta este mundo con el otro. Villegas le ha dado deliberadamente dos cabezas para que el pájaro mire a ambos lados, al mundo terrenal y al más allá.

Vistas celestiales
En su obra, el artista refleja maravillosamente el tema de la exposición: el camino, el viaje, el movimiento. Es probable que los visitantes también descubran un perro en el altar. Como es conocido en otras culturas, este vigila el inframundo. Villegas no solo pone en primer plano la historia, sino también la actualidad cultural de México.
Todo forma parte de mi identidad
Los coloridos recortes sobre el altar y las elaboradas velas de cera de abeja que lo adornan —la «luz» es muy importante— son obra de artesanos locales. Villegas les encargó la creación de estas piezas especiales. «Todo forma parte de mi identidad», afirma el artista de Tecamachalco.